martes, 19 de marzo de 2013

Y aquí estoy...

Sentada en el bar donde nos conocimos, donde quisiste invitarme a salir y te rechacé, que al día siguiente volvieras a la misma hora para volver a invitarme y  rechazarte. Así durante 15 días. Yo cada vez más guapa y más arreglada, y tú siempre con ese aire desenfadado tan extremadamente atractivo.
Acepto, me invitas a cenar. Una, dos, tres...copas de champán. Nos encontramos juntos bailando borracha, estamos cada vez más cerca. Me aparto. Me respetas y me llevas a casa.
     Al día siguiente vuelvo a ir al bar, y tu estás allí. Me sonríes y nos vamos en tu moto. En la playa a la que me llevaste, donde nos tumbamos a los pies de la orilla mientras observamos ese hilo naranja en un fondo celeste.
     Una noche de sexo desenfrenado con el agua mojando nuestros pies. Y otra noche más. Y otra más. 
Y 3 meses más. 
3 meses volviendo a mi casa, con los tacones quitados, sujetándolos, andando de puntillas. Entro en la habitación me desmaquillo y me pongo el camisón. 
3 meses sin hacer el amor con mi marido. Desde que llegaste a mi vida. 
3 meses que tú sabías la verdad, aunque yo no te la dijera.
3 meses esperándome.
3 meses para darme cuenta que con  solo una noche en la playa me enamoraste y que estuve equivocada al  pensar que aquel extraño millonario que dormía a mi lado era el hombre de mi vida. Una vida resuelta, con trabajo, dinero, salud...menos amor.
      Y aquí estoy, sentada en el bar donde nos conocimos, maldiciendo  que no te dijera lo que sentía, porque te rechacé, acabé con lo nuestro. Una aventura tonta...eso te dije, eso te creíste. Desapareciste, te alejaste de mí porque es mejor huir cuando te enamoras y te rechazan. Pues no, te quiero, lo dejaría todo, me arrepiento, no pensé que te perdería. Ahora mismo huiría contigo, estaría días sin salir de tu cama, comiendo en ella, haciendo vida en ella, solos tú y yo, justo como ya no es posible.
     Y aquí estoy, sentada en el bar donde nos conocimos, recordando, pensando, reflexionando...llorando, porque ya no volveré a verte. No podré contarte que hiciste que me entraran ganas de volver a vivir, ni tampoco que eres la razón del por qué hay veces que en mi barriga me den una patadita.

La tua ragazza. La tua scrittrice.

No hay comentarios:

Publicar un comentario