miércoles, 20 de marzo de 2013

Demasiadas espinas

Reconozco que era tu esclava. Lo eras todo para mí. Mi dueño, mi hombre, mi vida. Me prometiste falso amor eterno, y yo caí rendida a tus pies con sólo 15 años.
Fue culpa mía no darme cuenta que las rosas que me regalabas cada mes, tenían espinas.
Respiraba de tu oxígeno, lloraba por tus lágrimas.
"Mi princesa" me llamabas, no sabía que te creías sultán.
"Solamente tú" me la dedicabas, y ahora,  solo una canción.
Razón por la que no me cogías de la mano por la calle. Por la que no me besabas en público. Por la que no dormías conmigo. "No quiero que nuestro amor se desgaste. Soy tímido, me da vergüenza besarte delante de todos".
"Tú eres sólo mía, ningún otro te puede mirar" "No hables con ningún chico" "Las minifaldas son para las putas, y los vestidos ceñidos. Ponte un jersey y entonces podrás salir" "No te maquilles o todos te mirarán por la calle"
No querías que tu amor se desgastara porque ya lo ibas derrochando por ahí con otras.
Pero ahora, he abierto los ojos para pintármelos. He sacado los tacones. Me he puesto el vestido más bonito y ceñido de mi armario. He sacado el rouge para volver mis labios más carnosos.
Una ruptura a tiempo antes de ser tu esclava para toda mi vida, o para simplemente que mi vida te perteneciera., un tequila, una buena noche, y a disfrutar de mis 18 años.

La tua ragazza. La tua scrittrice.

No hay comentarios:

Publicar un comentario