En otro lugar…
Judith se
queda durante 10 minutos paralizada, sentada junto al cuerpo inerte de su
amiga. No suelta ninguna lágrima, ha
entrado en una especie de estado de shock. Vicky está tal y como la vio al
darle la pizza, con una camiseta vieja y unos culotes. Se levanta y observa el
papel de la pared arañado, restos de sangre en el suelo, y comienza a seguir el
rastro, que rodea toda la entrada de la casa, es decir, el asesinato se produjo
allí mismo, donde ella estaba de pie. Un asesinato… aún no se lo cree. Estaban
los tres en casa, no escuchó la puerta, aunque estaba dormida. ¿Y si entraron
en casa y la mataron? No puede ser. La puerta de casa seguía cerrada y las
llaves están puestas. Se ha producido desde dentro a no ser que entraran por la
ventana, lo que es muy poco probable. Le acaban de pasar muchas cosas por su
mente…imágenes de anoche.
Sale
corriendo de su casa pero se para en seco. Piensa seriamente a dónde ir. Tiene
dos opciones, la policía o…la casa del novio de su amiga. Nadie sabe nada sobre
la muerte. Está furiosa, así que no lo piensa más. Se apresura hacia la
residencia de universitarios, necesita saber dónde está el chico.
En vez de
coger el metro y hacer dos paradas, decide coger un taxi, cuyo conductor es un
hombre mayor que apenas entiende a la chica cuando le dice la dirección, pues está muy nerviosa y las palabras salen disparadas de su boca.
Es una persona que tiene las cosas muy claras, y en el momento que se tuercen
sus planes se enfurece. La muerte de su amiga obviamente no entraba en sus
planes; es racional, hasta que la sacan de quicio, ni histérica, solo tranquila.
Pero ahora es una persona totalmente distinta.
El taxi es antiguo, con las alfombrillas llenas de restos de patatas fritas y los sillones rotos.
Llega a la
residencia, que está rodeada de césped verde con flores similar a las fotos que
aparecen en internet, todo lleno de color. Muchos estudiantes están tumbados en
él, algunos estudiando y otros con botellas de cerveza y algún que otro
cigarro.
Judith se
dirige hacia la secretaría y le pregunta por el que era novio de su amiga.
Ahora agradece que Vicky fuera la típica chica charlatana que cuenta todo sobre
su vida personal, ya que así sabe el nombre del chico, Joseph. Se encuentra en
la segunda planta, por lo que va por las escaleras tropezando un par de veces.
La imagen del cuerpo en el suelo no se le quita de la cabeza. A medida que se acerca al cuarto del fondo
su corazón late más deprisa. Llama a la puerta con un par de golpes. Nadie
contesta, Vuelve a llamar. Escucha cómo se cae algo dentro.
-¡Sé que
estás ahí! Sal de una vez.- No obtiene respuesta. Vuelve a golpear la puerta,
esta vez con más fuerza. Comienza a dar patadas. La habitación de al lado se abre y
sale un chico con gafas de pasta preguntándole qué le pasa. Ella ignorándole le
da una patada con más fuerza y consigue romper el cerrojo. La puerta se abre y
al principio no ve nada. Se mete en la habitación, y ve un cuerpo en posición
fetal en el baño. No duda en ir hacia él.
-Joseph,
¿qué te pasa?- En el momento que le ve comprueba que el chico tiene las manos
llenas de sangre.-Tú…¡Has sido tú! ¡La has matado!
Judith sale
de la habitación dando traspiés, está todo desordenado, pero realmente es
porque ella empieza a sentirse desorientada. Pide ayuda, gritando y llorando.
Está histérica. El chico de las gafas de pasta ha llamado a la policía. Se tira
al suelo, las lágrimas no cesan. Han desalojado a todos los alumnos de esa
planta.
-Vicky…-Solo
consigue susurrar su nombre.
Empieza a
recordar cómo se conocieron el primer día de clase.
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