miércoles, 13 de marzo de 2013

Una eternidad

Un paseo por la playa, una vuelta en bicicleta, salir a hacer footing... Siempre hay gente que sale de su casa para hacer alguna de estas actividades para despejarse de un duro día. No obstante, aunque no lo creamos, no todo el mundo va inmerso en sus pensamientos, sino que hay personas que se dedican a observar a otras.
 
Una pareja de adolescentes teniendo una pelea en medio de la calle, discutiendo sin disimular ni un poco, un pequeño espectáculo para aquellos que anden aburridos en sus vidas y se puedan entretener.      

Discusiones de jóvenes odiadas por estos, paradójico que personas adultas deseen cambiar sus problemas por cualquiera de los que tienen ellos, ¿tanto cambia la vida a lo largo de los años que queremos lo que una vez nos espantaba?

  Mientras sigo paseando y pensando en si esos chicos solucionarán sus disputas, paso junto a un hombre mayor, de unos 70 años, no muy bien conservado, andando muy lento, y para mi asombro, hablando solo.  Aminoro el paso y escucho qué le está contando a su sombra. En ese instante se me eriza el vello, aquel anciano le estaba comentando a la que un día fue su mujer lo que había hecho durante la mañana. No pude evitar que se me saltara alguna que otra lágrima, y tuve que reprimir las ganas de darle un abrazo. Mientras él miraba de vez en cuando hacia el cielo yo no podía dejar de contemplarle, hasta que emitió una sonrisa y con sus ojos brillantes, le daba las gracias por acompañarle en su paseo diario como hacían hace unos meses, finalizando con un te quiero.
Así me pude dar cuenta de cómo se puede llegar a amar tanto a una persona, pues dudo que esos ancianos no discutieran como lo hacía aquella pareja de adolescentes, pero siempre que ese sentimiento dure más allá de sus vidas, no importa nada más, sólo sabrán que se tendrán el uno al otro para la eternidad.

La tua ragazza. La tua scrittrice.

1 comentario: